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De vuelta a lo básico: Recopilación de datos

Como consejeros bíblicos, necesitamos escuchar bien y recopilar toda la información relevante antes de aconsejar a alguien.

Ago 7, 2025

La habilidad en la consejería bíblica, como en cualquier otra disciplina, descansa en una firme comprensión de los elementos básicos del discipulado. La consejería bíblica formal implica la utilización de seis elementos clave: Recopilación de datos, formar una relación (involucramiento), determinar las necesidades del ministerio, ministrar la Palabra, comunicar esperanza, e implementar la tarea. En este artículo, veremos la habilidad de recopilar datos. 

Piensa antes de hablar: 

Proverbios 18:13 advierte a todos los aspirantes a aconsejar: «El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y vergüenza». Este versículo enseña que es insensato y vergonzoso aconsejar antes de haber entendido bien la situación. Es probable que todos hayamos experimentado la incomodidad de responder a alguien prematuramente, sólo para descubrir que estábamos haciendo suposiciones o no escuchando bien. 

En el Antiguo Testamento, una mujer llamada Ana fue al templo a orar para que Dios le diera un hijo. Durante el proceso, el sacerdote Elí observó que movía los labios, pero no oyó su voz (estaba orando en silencio al Señor). Sin hacer preguntas, la reprendió neciamente: ¿Hasta cuándo estarás embriagada? Echa de ti tu vino» (1 Samuel 1:14). Ana respondió: «No, señor mío, soy una mujer angustiada en espíritu; no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del Señor » (v. 15). Esto sí que es incómodo y vergonzoso. Elí supone que está borracha y la reprende, cuando en realidad está angustiada y necesita que la cuiden y la animen. 

Debemos tener cuidado de escuchar bien y reunir toda la información pertinente antes de iniciar una consejería. Si no recopilamos todos los datos, no sólo corremos el riesgo de pasar un momento vergonzoso, sino también de herir a otras personas al llevarlas por mal camino con un mal consejo, o al reprenderlas cuando lo que necesitan es consuelo. 

Tener dominio propio en tu consejería: 

Si vamos a recopilar datos adecuadamente en la consejería, debemos desarrollar dominio propio en varias áreas. En primer lugar, debemos aprender a «pisar el freno» en la consejería. Esto significa que debemos resistir el impulso de hacer conclusiones prematuras y dar consejos antes de tiempo. Me parece que los consejeros con poca experiencia a menudo están tan ansiosos por dar respuestas bíblicas a los aconsejados, que no practican la disciplina de obtener primero una imagen completa de la situación. Aunque pueda parecer que esta práctica retrasa significativamente la consejería, en realidad es clave para un ministerio de consejería eficaz. 

En segundo lugar, debemos desarrollar dominio propio para estructurar la consejería de manera que dé tiempo suficiente para la recopilación de datos. Por ejemplo, los consejeros sabios suelen dedicar la mayor parte del tiempo de la primera sesión a la recopilación de datos. También puede ser útil hacer que la primera sesión sea más larga de lo normal para que se pueda adquirir una comprensión profunda de la situación. 

En tercer lugar, debemos demostrar dominio propio para recopilar datos minuciosos en lugar de depender de nuestra propia intuición o experiencia. En un nuevo caso de consejería puede ser tentador creer que ya hemos oído un caso así o tener una «intuición» de lo que está pasando. Pero la experiencia y los «presentimientos» de la consejería nunca deben sustituir la sabia y cuidadosa práctica de recopilar información y llegar a conocer la situación en particular. 

Estrategias para la recopilación de datos: 

Los consejeros bíblicos utilizan un enfoque de varios niveles al recopilar información para el ministerio de consejería. Aquí hay cinco estrategias para reunir datos efectivamente en la consejería. 

Primero, usa un formulario de admisión para consejería. Muchos consejeros bíblicos usan un Inventario de Datos Personales (PDI por sus siglas en inglés), o alguna herramienta similar. El formulario de admisión, cuando es contestado por el aconsejado antes de la primera sesión, le da al consejero una gran ventaja, ya que revela información básica sobre el aconsejado y su situación. Esto ahorra tiempo en la consejería y permite al consejero prepararse cuidadosamente para la sesión. 

Segundo, aprende a hacer preguntas. Gran parte de la recopilación de datos consiste en aprender a hacer las preguntas adecuadas. Los consejeros bíblicos se balancean entre preguntas extensivas (diseñadas para obtener información básica sobre muchas áreas de la vida del aconsejado, como la familia, las finanzas, la salud, la condición espiritual, las emociones, etc.) y preguntas intensivas (diseñadas para obtener información más profunda sobre ciertas áreas de interés). Además, los consejeros sabios saben hacer preguntas que revelan el corazón: «Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre, y el hombre de entendimiento lo sacará» (Proverbios 20:5). Una pregunta que revela lo que hay dentro del corazón, está diseñada para sacar a la luz los motivos, creencias, pensamientos, y deseos de una persona. Dado que el comportamiento fluye del corazón (Proverbios 4:23), los consejeros deben obtener información a nivel del corazón si realmente quieren ayudar a las personas. 

Tercero, prepara tareas para reunir datos necesarios. Las tareas en la consejería consisten en asignaciones que deben completarse entre cada sesión de consejería, las cuales facilitan la santificación y refuerzan lo aprendido en la consejería. Las tareas también pueden ser una herramienta útil para recopilar información. Por ejemplo, a una persona que experimenta ansiedad se le puede pedir que anote en un diario los incidentes de ansiedad a lo largo de la semana, respondiendo a preguntas básicas como: ¿Qué provocó la ansiedad? ¿En qué pensaba? ¿Qué temía? ¿Cómo lo manejó? En un caso muy complicado, podríamos pedir al aconsejado que escriba una cronología básica de los acontecimientos o la «historia de su vida». Las tareas escritas como estas proporcionan información crucial y no requieren que el consejero adquiera la información en la sesión misma, lo que ahorra mucho tiempo. 

Cuarto, observa los datos «halo». Los datos «halo» son información no verbal que se observa en la consejería. Ejemplos de este tipo de información son el semblante, la postura, el estado de ánimo, la apariencia, el tono de voz, las expresiones faciales, los suspiros o las lágrimas de una persona. En resumen, necesitamos buscar información no verbal, ya que verifica o contrasta con la información verbal. En el ejemplo bíblico de Ana y Elí, Elí observó un halo de información, pero llegó a una conclusión prematura sin verificar lo que había observado. Los datos del halo no son determinantes, pero deben utilizarse para formular preguntas aclaratorias y abordar cualquier incongruencia entre las palabras de una persona y cualquier información no verbal contrastada. 

Quinto, utiliza otras fuentes. Los Proverbios aconsejan: «Justo parece el primero que defiende su causa hasta que otro viene y lo examina» (Proverbios 18:17). La información que proviene sólo de una persona no es tan fiable como la que es verificada por otras. Cuando sea apropiado y con el consentimiento del aconsejado, habla con miembros de su familia, pastores, y amigos cercanos sobre la situación de tu aconsejado. A menudo somos ciegos a nuestras debilidades más obvias que son fácilmente evidentes para los demás (Mateo 7:3-5). Obtener múltiples fuentes de información generalmente conduce a la claridad en la consejería. 

Tres formas sencillas de mejorar la recopilación de datos: 

¿Cómo puedes mejorar tu capacidad de recopilación de datos? He aquí tres maneras fáciles: 

1. Observa a un consejero experimentado. Esto podría hacerse observando a un consejero certificado por ACBC en su área o iglesia, a un pastor experto en consejería, o un video de una sesión de consejería realizada por un consejero experimentado. Observa. Aprende. Toma notas. Inténtalo tu mismo. 

2. Lee el artículo de David Powlison, “Preguntas Rayos-X: Descubriendo los Por Qué y las Motivaciones del Comportamiento Humano», Journal of Biblical Counseling 18/1 (otoño de 1999): 2-8. Este material también está disponible en su libro, Seeing with New Eyes (P&R, 2003). 

3. Practica hacer preguntas y escuchar bien para conocer a las personas. Puedes hacerlo con personas de tu iglesia, de tu vecindario, o de tu familia. Si tienes problemas para saber qué preguntar, el pensar en diferentes áreas de la vida de una persona puede ayudarte: familia, salud, trabajo/escuela, aficiones/intereses, y fe/iglesia. Como cualquier otra habilidad, sólo mejoramos haciendo preguntas a medida que las practicamos. 


De vuelta a lo básico: Recopilación de datos  fue publicado originalmente en CBCD en 2020.